La vida por delante es el pasado
Concha, te vas con La vida por delante, pero no nos preocupa, al revés, nos llena de gozo, porque la vida ya está aquí. La vida es aquello en lo que nos encontramos metidos, lo que nos empuja. Tú que nos has observado desde los comienzos y más allá, en el vacío absoluto, lo sabes bien. Nos has vigilado descaradamente y cuidado con el cariño de una madre que ofrece sus pechos a la vida incipiente. No sabemos si te bañaste en la piscina que una vez estuvo aquí, pero sabemos que nos has visto colarnos dentro cuando ya no había nada, pintar con alegría sobre el gris abstracto, llenar el cemento de objetos extraños, sembrar de deseos tu paisaje eterno e inmóvil. Un paisaje que aparantemente no se mueve -el viento no agita la cebada-, porque nosostros somos el viento y también la cebada. Amar la vida es amar el cambio, la corriente, el movimiento. Te vas, Concha, y nos movemos contigo pero no a otro lugar sino al nuestro que es éste y al de otros lugares en movimiento, otras plazas, otros solares, otros paisajes madrileños en alegre conflicto. Tenemos todo un pasado por detrás (heridas cerradas) y un gran futuro por delante (espacios abiertos). Vete a correr por otros campos con tus pechos y con tu vida por delante, cánsate de perseguirla, de ir tras ella, de no vivirla. Puro teatro. Nosostros nos quedamos aquí sin quedarnos quietos. No te echaremos de menos. La vida por delante es el pasado. La vida es ahora, es el movimiento.
[La vida por delante con Concha Velasco permaneció en la cartelera de la fachada del Teatro La Latina durante todos estos meses. Actualmente acaba de ser reemplazada por una obra que se llama Cambio de Tercio, mucho menos estimulante]
snifff…